Es un secreto a voces que durante las Hispacones, llegada la noche del viernes, cuando ya se encuentra en la ciudad sede de la convención un número notable de participantes, a altas horas de la madrugada tiene lugar en el hotel con el mayor número de asistentes un concurso de flatulencias cuyo premio gordo se ha dado en llamar "Flatus Ignotus" y que en su última edición venció un flatulento vascón por un cuesco que el jurado, compuesto por vencedores de ediciones anteriores, comparó con el bramido de un muflón en plena berrea, para decepción de un orgulloso maño que sólo pudo quedar segundo tras haber emitido desde sus intestinos un gemido lastimero que el jurado comparó elogiosamente con el grito fúnebre del wookie Chewbacca.
Cuenta la tradición oral (por no decir anal) que el origen de esta
tradición tan entrañable, que da voz a lo que llevan en sus entrañas los
aficionados al horricientástico español, tuvo lugar en una Hispacon
pasada cuando varios aficionados se saltaban las charlas del mediodía
por la tarde en la piscina del hotel, sabedores de que, tras la
copiosísima comida de reencuentro que se habían pegado, la digestión les
hubiese impedido permanecer despiertos ante las palabras de algunos
escritores y editores. Varios aficionados varones permanecían al borde
de la piscina contemplando las evoluciones sobre, entre y por debajo de
las aguas de una aficionada vallisoletana, opositora a secretaria
judicial, lectora asidua de Laura Gallego, Ursula K Le Guin, Miguel
Delibes y Camilo José Cela. La veían nadar a braza, la veían nadar a
crawl, ni siquiera Escher Williams lo haría mejor ... (sí, es una
referencia clara a la canción "Espiando a mi vecina" del grupo de nasal-pop "Un pingüino en
mi Ascensor").
Ni el menor detalle de sus movimientos se les escapaba y tan es así que, un momento que ella, a quien también debía estar costándole digerir el almuerzo, se sumergió pudieron ver que de entre sus cuartos traseros surgía un poderoso reguero de grandes burbujas que les hicieron pensar por un lado en el surtidor de Moby Dick que hace que el capitán Ahab grite "Por ahí resopla" y por otro en la hélice de una lancha motora y enseguida vinieron a sus mentes recuerdos de grandes películas de submarinos como "La caza del Octubre Rojo", "Das Boot", "Marea roja" y alguno hasta mencionó la serie de televisión "SeaQuest" (la del simpático delfín Darwin, sí).
Una imagen que se les vino a la mente a los presentes fue de un geiser islandés |
Ya a altas horas de la madrugada, un valenciano lector de la Saga de los Aznar, cuya familia se había ganado la vida vendiendo material pirotécnico para la mascletá en los pueblos de Castellón, y al que debían de haberle sentado mal la cena y las bebidas que acompañaron sintió un borboteo como proveniente de las profundidades de su interior que culminó en un fenómeno intestinal cuya efusión final sonó de manera sorprendentemente parecida a las mascletaes con las que se había ganado la vida su familia. La comparación con los efluvios que fueron expulsados a la tarde en la piscina por la joven opositora estaba servida y, dada la formación científica de muchos de los asistentes se tomó en cuenta un gran número de parámetros físicos y hasta químicos, cuando alguien propuso, recordando sus días de campamento, generar una reacción química al acercar uno de esos chorros de gas a una cerilla encendida.
Al principio eran sólo varones los que participaban en estas jocosas a
la vez que científicas actividades pensando que divertirse produciendo
ruidos y olores de este tipo podía ser una cosa "sólo de chicos",
probablemente por cierto pudor a pedirle a una persona del otro sexo que
se baje la falda o los pantalones. Por fortuna, este "techo de cristal"
ha saltado en pedazos y una de las grandes leyendas de estos torneos es
una mujer zamorana, registradora de la propiedad por más señas, cuya
variedad sonora ha obtenido comentarios más que favorables y hasta ha
hecho ganar a su marido, conocedor -y sufridor- de primera mano de los
procesos digestivos de su señora, más de una apuesta en torno a la
duración de sus aires.
Edición internacional de la Guía para el aspirante al "Flatus Ignotus" |
Para la edición del 2022 se espera, dado la familiarización general
causada por la pandemia, que los asistentes hagan uso durante el torneo
de mascarillas quirúrgicas FP2, lo que se espera extender a ediciones
posteriores, quede por ahí algún resto de COVID-19 o no, visto lo bien que vienen para evitar
desmayos en ambientes muy cargados.
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