La conocida fotógrafa renana Landelina Morgenthau, conocida por sus series de retratos desnudos de albañiles, jugadores de hockey sobre patines y taxidermistas que acabaron siendo expuestas en el Museum Of Modern Art de Nueva York (MOMA), tuvo un primer contacto con la realidad del fandom hispano cuando entró por error en una librería especializada en comics de Bilbao pensando que allí hacían fotocopias mientras preparaba su exposición para el Museo Guggenheim de Bilbao de fotos de miembros desnudos de aizkolaris (cortadores de troncos) y harrijasotzailes (levantadores de piedra)
Fascinada (se nos escapa el porqué) por la gente que allí conoció, decidió que el que al fan medio se le considere una persona básicamente cerebral es un error, por lo que decidió retratar al aficionado centrándose en una parte de la anatomía que no abunda en las fotos de grupo que se hacen en las convenciones de género.
Sin entrar en consideraciones sobre tonalidades, vellosidad y sin la menor intención de atizar rivalidades regionales, la propuesta artística de Morgenthau no puede sino definirse como rompedora, aunque determinados críticos conservadores la despachen con un despectivo "Penes: Visto uno, vistos todos"
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