Hay quien se vuelve loco accediendo desde su tableta a las casi infinitas posibilidades de generación y distribución de contenido cultural (bueno, o subcultural) que nos ofrece internet: blogs, podcast, sindicación RSS, e-pub ... Y, por el contrario, hay quien piensa, como el académico granadino Abundio Sacromonte que "Ezo zon pollah"
Ese es el caso de Fernando Angel Moratinos que está resuelto a que no se pierda todo el contenido fanzinero que dio España en los setenta y ochenta mientras el vulgo se embrutece jugando al "Apollardados" y el "Angry Birds". Sus investigaciones han llegado a tal grado de exhaustividad que, para comprobar la sensación del momento, ha montado pieza a pieza en su casa una máquina de ciclostil y ha editado con ella, con sus grapas y todo, un fanzine en el que ha reseñado un concierto de "Aviador DRO" y otro de "Aerolíneas Federales" que tuvieron lugar hace la friolera de veintiocho años, lo que le ha granjeado el aplauso del sector más "retro" del fandom, que le pregunta si, en ese camino hacia el pasado que ha emprendido, cabe la posibilidad de imprimir "bolsilibros" en papel hecho a base de trapos.
Sin embargo, España se ha despertado el martes pasado con la honda preocupación de saber que Fernando Angel, que se encontraba experimentando con una pasta a base de gelatina de pescado que pensaba utilizar cual si fuera un fotolito para montar una rudimentaria imprenta, se había olvidado de desayunar y con el olorcillo de la pasta sintió hambre así que, con un poco de pan, se metió entre pecho y espalda la mitad. El resultado ha sido un fanzine con una calidad de impresión aceptable hasta la tercera copia y una intoxicación alimentaria por culpa del parásito Theodorakis que esperamos remita prontamente.
Ese es el caso de Fernando Angel Moratinos que está resuelto a que no se pierda todo el contenido fanzinero que dio España en los setenta y ochenta mientras el vulgo se embrutece jugando al "Apollardados" y el "Angry Birds". Sus investigaciones han llegado a tal grado de exhaustividad que, para comprobar la sensación del momento, ha montado pieza a pieza en su casa una máquina de ciclostil y ha editado con ella, con sus grapas y todo, un fanzine en el que ha reseñado un concierto de "Aviador DRO" y otro de "Aerolíneas Federales" que tuvieron lugar hace la friolera de veintiocho años, lo que le ha granjeado el aplauso del sector más "retro" del fandom, que le pregunta si, en ese camino hacia el pasado que ha emprendido, cabe la posibilidad de imprimir "bolsilibros" en papel hecho a base de trapos.
Sin embargo, España se ha despertado el martes pasado con la honda preocupación de saber que Fernando Angel, que se encontraba experimentando con una pasta a base de gelatina de pescado que pensaba utilizar cual si fuera un fotolito para montar una rudimentaria imprenta, se había olvidado de desayunar y con el olorcillo de la pasta sintió hambre así que, con un poco de pan, se metió entre pecho y espalda la mitad. El resultado ha sido un fanzine con una calidad de impresión aceptable hasta la tercera copia y una intoxicación alimentaria por culpa del parásito Theodorakis que esperamos remita prontamente.
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