ANTROPOLOGÍA DEL TREPA

Peloto Chivátez, que tantas carreras profesionales ha definido

Hay muchos aficionados a la ciencia ficción que no destacan por sus habilidades interpersonales y eso hace que no sepan moverse con la facilidad con la que se mueven otros en el mundillo. Así, un buen número de escritores noveles no ve publicada esa obra maestra que permanece guardada en el cajón o en un directorio perdido de su ordenador, Dropbox o Google Docs mientras otros consiguen ver publicada su primera novela gracias a su capacidad de "enjabonar" al editor. (El mercado editorial está lleno de casos que sólo pueden explicarse así) 

Por tanto, ya está bien de quejarse y de no hacer nada al respecto. Este blog cree necesario ayudar a muchos autores primerizos a saber "relacionarse" adecuadamente con sus posibles editores en hispacones y eventos similares citando estos certeros comentarios aparecidos en el blog de Sevach y su enumeración de técnicas de "peloteo" (el "aprendiz", el "converso", el "pregonero", el "discípulo", el "incorruptible", el "tahur", el "camarada", el "correveidile" y el "comparsa"):

http://contencioso.es/2010/09/26/de-la-adulacion-como-via-de-promocion-profesional/

En el de Rosa Cobos se estudia el ciclo del "trepa" (gestación, nacimiento y muerte  como trepa):

http://rosacobos.wordpress.com/2007/12/08/el-sindrome-del-trepa-en-la-adminitracion-publica/ 

En "Talento IT" se le describe y se dan claves para su detección:

http://www.talentoit.com/archivo/profesionales-toxicos-en-el-trabajo-los-trepas/

Y, para finalizar la lección de hoy, en "Estratega", Rafael Martínez desmonta unos cuantos tópicos sobre el "trepa" (principalmente el de "Aquí a los trepas los calamos enseguida"):
http://estratega.typepad.com/estratega/2005/11/el_trepa.html


El interesado en ampliar conceptos, tiene el buenrollista "¿Hay que ser un cabrón para ser director general?" (en una empresa en la que yo estaba, por lo menos para ser gerente, sí) de Antonio Agustín y Sofía Delclaux, "El arte de medrar. Cómo ser funcionario sin dejarse la piel", de Estrella Esteve, y el más cachondo "La estrategia de la rata", de Joep Schrijvers.