(Publicado en Stardust el 28/12/2014)
Los cierres de páginas web en las que se ponían a disposición del internauta contenidos audovisuales (y de aquí a no mucho, también librescos) sin la autorización de sus propietarios legales (los cuales tampoco tienen que ser necesariamente sus autores, todo hay que decirlo) están provocando verdaderos traumas entre los grandes descargadores que ya hasta apagan por las noches esos ordenadores que estaban las 24 horas del día conectados a internet moviendo megas y gigas, gastando electricidad y emitiendo un ligero zumbido o un irritante raca-raca, según el estado del equipo.
Algunos de estos usuarios se han pasado a los contenidos legales y ya han empezado a ver sólo películas y documentales distribuidos con la licencia Creative Commons en Europeana, OpenCulture o Cervantes Virtual y se sabe de alguno que hasta está pagando por que le traigan los DVD a casa (lo que les vale las burlas de los que tienen por bandera "antes muerta que pagando") o yendo a la bilioteca del barrio a leerse libros.
Sin embargo, no todo el mundo sabe adaptarse a la nueva situación. En los departamentos de psicología de las universidades españoles crece la preocupación tras estudiar a varios usuarios de "series Pepito" y notar que presentan cuadros de síntomas parecidos a los de la depresión al haberse quedado sin un propósito en su vida. Tampoco faltan los que siguen presumiendo de ver series que en realidad no ven y se arriesgan a que alguien les deje en evidencia preguntándoles por tal o cual personaje. Otros, con menos labia (o menos morro, seamos claros), dejan de participar en las conversaciones porque ya no pueden meter baza diciendo "Pues ayer me empecé a bajar la serie XXX .. en alta definición, por supuesto, que ya sabéis que mi ADSL me lo permite ...". Gracias a ello, el clima laboral en varias empresas de diseño gráfico de Valencia (y también de toda España pero por algún extraño motivo había más pelmazos a la ribera del Turia) ha mejorado muchísimo y desde la agrupación gremial local se ha enviado una carta de agradecimiento al ministro de Cultura Juan Ignacio Wert y a su secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle por haberles librado de tan pesada carga sin siquiera habérselo propuesto.
Los cierres de páginas web en las que se ponían a disposición del internauta contenidos audovisuales (y de aquí a no mucho, también librescos) sin la autorización de sus propietarios legales (los cuales tampoco tienen que ser necesariamente sus autores, todo hay que decirlo) están provocando verdaderos traumas entre los grandes descargadores que ya hasta apagan por las noches esos ordenadores que estaban las 24 horas del día conectados a internet moviendo megas y gigas, gastando electricidad y emitiendo un ligero zumbido o un irritante raca-raca, según el estado del equipo.
Algunos de estos usuarios se han pasado a los contenidos legales y ya han empezado a ver sólo películas y documentales distribuidos con la licencia Creative Commons en Europeana, OpenCulture o Cervantes Virtual y se sabe de alguno que hasta está pagando por que le traigan los DVD a casa (lo que les vale las burlas de los que tienen por bandera "antes muerta que pagando") o yendo a la bilioteca del barrio a leerse libros.
Sin embargo, no todo el mundo sabe adaptarse a la nueva situación. En los departamentos de psicología de las universidades españoles crece la preocupación tras estudiar a varios usuarios de "series Pepito" y notar que presentan cuadros de síntomas parecidos a los de la depresión al haberse quedado sin un propósito en su vida. Tampoco faltan los que siguen presumiendo de ver series que en realidad no ven y se arriesgan a que alguien les deje en evidencia preguntándoles por tal o cual personaje. Otros, con menos labia (o menos morro, seamos claros), dejan de participar en las conversaciones porque ya no pueden meter baza diciendo "Pues ayer me empecé a bajar la serie XXX .. en alta definición, por supuesto, que ya sabéis que mi ADSL me lo permite ...". Gracias a ello, el clima laboral en varias empresas de diseño gráfico de Valencia (y también de toda España pero por algún extraño motivo había más pelmazos a la ribera del Turia) ha mejorado muchísimo y desde la agrupación gremial local se ha enviado una carta de agradecimiento al ministro de Cultura Juan Ignacio Wert y a su secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle por haberles librado de tan pesada carga sin siquiera habérselo propuesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario