Muchos aficionados que desde sus años mozos se han venido haciendo con una colección
considerable de novelas, DVD y materiales aledaños, al casarse o al menos emprender
vida en pareja se ven en la obligación de desprenderse de la colección de manera apresurada y generalmente a cambio de importes inferiores a
los que hubiesen obtenido en sus mejores tiempos de fandomía. Algún año
que otro después, viene el primer hijo y, a no ser que el aficionado
disponga de garaje o chalet familiar, viene, además de con un pan bajo
el brazo, con la obligación de despejar completamente una habitación y
organizar otro gran saldo en eBay, Wallapop y similares.
Otros aficionados, sabedores de esta situación y que, por la razón que sea, no tienen limitaciones económicas o de espacio, buscan aprovecharse y engordar
sus colecciones con ejemplares difíciles de encontrar a precios de
saldo o de amigo (de lo ajeno). Hasta ahora, saber que fulano o mengano
estaban por soltar lastre era un secreto que corría por convenciones y
si acaso, vía mail. Hoy en día, con Whathszapo, Telegram, Line, etc,
etc. la información fluye de manera más rápida y la petición de mano de
alguien poseedor de una gran colección es sabida en pocas horas en toda
la península y a veces hasta allende los mares.
Como "spin-off" de la empresa de envíos a domicilio albaceteña "Hijos de Celedonio
García", ha surgido una startup para conectar las listas de boda de los
centros comerciales con las listas de venta entre persona y persona:
Así, la plataforma Friki_a_Friki muestra un mapa de toda España (y,
próximamente, Hispanoamerica) en el que una estrellita marca a los
aficionados próximos a contraer esponsales, junto con detalles de si
será por lo religioso o por lo civil, en primeras, segundas o terceras
nupcias, etc, junto con los mejores lotes de los que podría deshacerse
el interesado.
Por otra parte, en la localidad soriana de Buitrago, patrocinada por la empresa funeraria "Herederos de Crisóstomo Buitrago", ha surgido una idea similar para aprovechar otro tipo de saldos como es el que organizan los herederos de un fandomita fallecido, consistente en enviar, además del tradicional coche fúnebre una furgoneta (o dos o hasta tres) con operarios que descarguen el material y lo lleven a sus compradores finales pero hasta los aficionados al terror más macabro han encontrado desagradable la idea.